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Actualmente, hasta las actividades más comunes, han adquirido un matiz tecnológico. Todo lo que compartimos, posteamos y fotografiamos tiene una repercusión tecnológica, en mayor medida gracias a las redes sociales.
Al interactuar en ellas, podemos vivir una vida real y una digital, en ésta última, damos información de lo que pensamos, hacemos, visitamos o comemos, y es aquí cuando entra en juego la propina digital.
Anteriormente, la propina la veíamos como una cantidad adicional a nuestro gasto gastronómico por el buen servicio recibido por parte de los meseros y empleados en general, pero la que ahora está cobrando mayor valor, es la propina digital, aquella que se traduce en estrellas, comentarios, opiniones y me gusta por parte de los usuarios.
Si recibimos un buen servicio, lo primero que hacemos es entrar a nuestros perfiles, hacer check-in y contar un poco de nuestra experiencia. Sin embargo, ya hay portales especializados en propinas digitales, en los que incluso usuarios nuevos pueden revisar las calificaciones y comentarios de otras personas y con base en ello, decidir si lo visitan o no.


Para un negocio, una propina digital significa renombre, reconocimiento acerca de su buen servicio y satisfacción por parte de los clientes. Aquí es donde radica la importancia de priorizar las sugerencias de los clientes, ya que si las “propinas” son negativas, perderemos adeptos y se dañará nuestra reputación; si por el contrario, son positivas, además de tener mayor éxito, convertiremos las valoraciones del público en publicidad digital, mediante contenido de alto impacto visible para todo el mundo que tenga acceso a Internet.
Pero, ¿qué beneficios tiene para el cliente dejar su propina digital para un negocio? Ellos pueden obtener promociones o descuentos, así como una nueva experiencia para comprobar que una mala propina digital, se puede convertir en una positiva.






