El turismo ha sido uno de los sectores más afectados por la pandemia del COVID-19 que enfrentamos actualmente. El cierre de negocios como hoteles, restaurantes y bares ha sido generalizado, no solo en nuestro país, es un fenómeno mundial que hemos sufrido durante ya varios meses. 

Según datos del Consejo Mundial del Turismo (WTTC, por sus siglas en inglés), se dice que el sector turístico puede desplomarse un 25%, poniendo en riesgo 50 millones de empleos en todo el mundo aproximadamente. 

Se estima que, durante 3 meses de confinamiento, más de 850,000 personas dejaron de viajar, suspendieron o cancelaron sus vacaciones y viajes de negocio, lo que implica el dejar de utilizar medios de transporte, hoteles, y de consumir en restaurantes o bares. 

La Organización Mundial del Turismo (OMT), utilizando como referencia el escenario que presentó la pandemia de SARS, estima que las llegadas de turistas internacionales podrían disminuir de 1% a 3% en 2020 a nivel mundial, por debajo de un crecimiento del 3% al 4% estimado a principios de enero. 

Del -9% al -12% será la disminución en las llegadas de turistas internacionales en la región Asia-Pacífico, cuando tenía una estimación para enero 2020 de entre el +5% al +6%. Para el resto del mundo está pendiente de evaluación según el nivel de expansión del COVID-19. 

La crisis por la que estamos pasando no tiene precedentes, la magnitud de sus efectos puede ser devastadora, sin embargo, según las autoridades del WTTC, el turismo es un sector muy resiliente, sabe recuperarse de los impactos y cada vez lo hace con mayor celeridad. 

Si el gobierno federal y los gobiernos estatales toman decisiones acertadas para apoyar al sector, la recuperación será rápida.  

Las medidas de la nueva normalidad

El cuidado de la salud y el bienestar de la población será la finalidad máxima, al pensar en medidas de seguridad e higiene. Los turistas deberán familiarizarse con las prácticas básicas de prevención que se aplican durante el viaje y en la vida diaria. Pensar no solo en su bienestar, sino en el de todos. 

Una vez que el impacto pase, la gente volverá a viajar, pero siendo conscientes que esta, será la primera de muchas otras pandemias que seguramente viviremos. Y los consumidores serán más exigentes en las medidas de higiene que toman cada una de las empresas que conforman el sector. 

Los procesos de sanitización y el seguro de viaje tomarán un protagonismo que antes no presentaban. La seguridad ofrecida en el destino que visiten será un punto esencial. Es importante que los empresarios estén preparados para ofrecer información detallada y a la mano para todos los usuarios. 

La flexibilidad de cancelaciones y cambios será otro tema importante. Todos los servicios de turismo deberán estar preparados para ser flexibles y manejar precios competitivos, para levantar al sector. 

La normalidad llegará y las personas querrán salir, vacacionar y consumir en establecimientos fuera de casa. Este tiempo es ideal para estar preparados e ir adelante en la situación. El mundo volverá a moverse y el turismo estará listo.

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